El ejecutivo más preocupado por su percepción, que por su gobierno. Antes de asumir el poder, Andrés Manuel, estuvo en campaña dieciocho años, no sin antes perder dos elecciones presidenciales, por cierto muy polémicas, al día de la fecha sigue en campaña, pero parece no darse cuenta, que ya no estará en las boletas, sin embargo, dejara una herencia maldita, un país nada gobernable, en donde la inseguridad pública ha prevalecido y la corrupción nunca fue erradicada, solo fue bandera política de campaña, las notas rojas de las que se inconforma en contra de su gobierno, no son manipuladas, las cifras oficiales denotan lo indefendible, el PRI, tardo siete décadas en entregar el país, hasta que el pueblo decidido, quitarle el poder, muchos escándalos de corrupción, lo llevaron a que hoy en las boletas no tuviera candidato único, pero el líder de MORENA, aprendió muy bien las lecciones, para sostener sus giras por toda la república, con o sin campaña, auspiciados por el mismo pueblo, por los gobiernos de la izquierda, para después formar su propio movimiento, y con ello, obtener millonarias cantidades de dinero, para seguir en el poder cueste, lo que cueste, el plan a), será ganar la elección presidencial, el plan b), será mantener en el Congreso una mayoría suficiente, por no decir absoluta, tema que parece difícil pero no imposible, y el plan c), será apropiarse del poder judicial, con una hipotética reforma, no sin antes, empezar con la disposición de cada ministro y ganar terreno en el ámbito jurisdiccional, para que cualquier iniciativa no sea rechazada, consecuencia de ello, un poder absoluto, capaz de desconocer el poder del propio pueblo y a sus instituciones, pero el ejecutivo hoy esta más preocupado por su percepción, que por su gobierno.
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