Personas desechables

El pasado domingo a la edad de 76 años falleció el reconocido y veterano periodista Ricardo Rocha, hecho que fue registrado ampliamente por todos los medios informativos, tanto impresos como electrónicos, quienes en mayor o menor medida lamentaron esa desaparición.
Rocha se desempeño en televisión, radio y prensa como redactor, reportero, conductor, corresponsal del guerra y productor de distintos programas, todo lo cual le valió para ser uno de los periodistas más reconocidos e influyentes de México, incluso fue reconocido por el Consejo Ciudadano quien le otorgó en 1977 el Premio Nacional de Periodismo, por su cobertura durante dos meses la Revolución Sandinista en Nicaragua para Televisa.
Esta desaparición hizo recordar que Rocha acudió el 28 de mayo de 2019 a Palacio Nacional para asistir a la conferencia mañanera para responderle al presidente, su examigo, quien lo calumnió y exhibió en una lista de imaginarios periodistas ’corruptos’. Uno de ellos fue Carlos Marín, columnista de Milenio, quien en su columna ’El Asalto a la Razón’ del lunes 5 de junio (https://www.milenio.com/opinion/carlos-marin/el-asalto-la-razon/ricardo-y-aquella-punalada-trapera), donde se recuerda que el periodista fue muy cercano al político tabasqueño.
Tras esa lectura se comprueba que el presidente no tiene amigos, solo intereses, donde él aprovecha todas las oportunidades posibles para su muy beneficio personal. En su columna Marín recordó que Rocha fue uno de los primeros en abrirle espacios informativos cuando era marginado en los diferentes medios.
El desaparecido periodista, quien en esa mañanera respondió puntualmente a todas las falsas acusaciones que se le imputaban sin existir algún otro comentario, no ha sido el único que ha sido utilizado por López Obrador. ¿Ejemplos? Citemos al menos dos: Olga Sánchez Cordero y Ricardo Monreal.
Sánchez Cordero fue ampliamente reconocida por López Obrador, quien la presumió antes de iniciar su gobierno como la primera mujer en la Secretaría de Gobernación, cargo que ocupó de diciembre de 2018 a agosto de 2021, para ser relevada por Adán Augusto López. El presidente nunca le permitió a Sánchez Cordero las mismas libertades que al actual secretario, al grado de colocarse éste como ’corcholata’, como aspirante a la candidatura presidencial.
En el caso de Monreal mientras resultó útil al presidente para avalar sus iniciativas de ley, era recibido en Palacio Nacional, incluso desayunaban al menos una vez a la semana. Pero tras la derrota electoral del 201, se le cerraron las puertas al exgobernador de Zacatecas.
Se debe reconocer que Monreal se mantiene institucional a López Obrador, pero también por su interés de ser el abanderado presidencial morenista para el 2024 y, aunque sabe que no tiene todo a su favor, aspira a ser el candidato al gobierno de la Ciudad de México.
¿Más ejemplos? Los dos primeros secretarios de Hacienda y Crédito Publico en el actual sexenio: Carlos Urzúa Macías y Arturo Herrera Gutiérrez, quienes al considerar que las políticas financieras presidenciales no eran las más adecuadas y no se escuchadas sus recomendaciones, prefirieron renunciar para después ser denostados públicamente.
En fin, López Obrador no es una persona agradecida. Repito, utiliza a las personas ya sean funcionarios, legisladores o periodistas para su beneficio e interés político. Se debe esperar que cuando ya no sea presidente y pierda el poder, su sucesor rompa con sus políticas con lo cual sería previsible un enfrentamiento donde él llevaría las de perder y sentir en carne propia lo que es ser desechado cuando ya no resulta útil.